cuento # 12
fuerza de empuje
Hace mucho tiempo, cuando recién se había formado esa gran masa de agua que
rodea gran parte de la Tierra, nada habitaba sus profundidades, solo había agua
y más agua.
El día menos pensado, la Reina Masa pidió voluntarias
entre las masas móviles para que fueran a conocer que había en lo hondo del
océano. Y fueron muchas las que se ofrecieron para tal misión.
Las masas móviles acuáticas se movían de lado a lado por el fondo del
océano, más no podían salir a su superficie y empezaron a echar de menos al
Señor Sol que, antes, día a día los alumbraba y les daba calor.
Ni siquiera la Señora Luna los visitaba al fondo del
océano. Y más se introducían al fondo del mar y más se oscurecía el lugar donde
andaban.
La Delfina, que era la masa móvil más inteligente entre las que se habían
internado en el agua hizo lo imposible para salir al borde de la Tierra y, tras
mucho esfuerzo, lo logró. Otras la siguieron pero al tratar de respirar en la
superficie se dieron cuenta que no podían y tuvieron que volver al agua.
Ninguno de los asesores y asesoras tuvo una respuesta satisfactoria.
Entonces la Reina proclamó a todo su reino la noticia
lamentable que le informaba Delfina, que las masas móviles acuáticas solo
podían caminar por el fondo oceánico y que muchas no podían respirar en la
superficie, que la oscuridad las estaban invadiendo y no podían subir cerca de
la superficie para recibir la calurosa presencia del Señor Sol durante el día y
de la luminosidad de la Señora Luna en las noches.
Mi Reina, creo que podemos hacer algo, yo puedo pedirle a la familia de los
Átomos que formen pequeñas familias más numerosas, que podríamos llamarlas
Moléculas, y en las sustancias más suaves como los líquidos, darles la
propiedad de que ante cualquier presencia de una masa ajena a ellas, las
empujen hacia arriba.
La Reina le dijo, me parece bien, pero el Señor Peso
se opondrá a que alguien quiera hacerle competencia, él se encarga de empujar a
las masas hacia abajo, hacia el centro de la Tierra. Y tú estás sugiriendo que
exista una fuerza que empuje a las masas hacia arriba.
A Fuerza Normal le pareció muy interesante la idea y dijo estar gustosa de
que la familia de las Fuerzas tuviera a una integrante más. Pero, le dijo a la
Reina, creo que al Señor Peso no le va a gustar la idea.
Entonces, la fuerza desconocida y Delfina se fueron al océano.
Llegaron al océano y no transcurrió tiempo alguno
después que ambas, Delfina y la fuerza desconocida, se internaron en el agua,
que Delfina pudo darse cuenta que podía desplazarse en el agua, y no se iba al
fondo.
Fueron entonces, Delfina y la fuerza desconocida, al
fondo del océano y se encontraron con algunas masas móviles acuáticas que
andaban vagando por ahí. Inmediatamente entraron en contacto con la fuerza
desconocida pudieron elevarse en el agua y desplazarse de un lado a otro. La
fuerza desconocida las empujaba hacia arriba y las hacía más livianas.
Y así es como ahora viven felices las masas móviles acuáticas, que
posteriormente pasaron a llamarse Peces, y también las masas móviles aéreas que
con el tiempo adquirieron el nombre de Aves.
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